martes, 4 de septiembre de 2007

Vivimos en un mundo de traducciones, constantes, múltiples y multiplicadas. Leo el librito, este no es un librito es un libraco, la dialéctica del amo y el esclavo en Hegel-por Kojève-traducido por Sebreli.
No lo puedo contar, porque no lo sé, vuelvo sobre los conceptos y la línea de texto una y otra vez cómo una máquina de escribir inversa. En esta página de la fundación descartesencontré:

"Hagamos, primero, algunas consideraciones sobre el término “Deseo”. En alemán hay dos términos que han sido traducidos al francés por “Désir”: uno es el término “Begierde” que es el término que usa Hegel y otro es el término “Wunsch” que es el término que usa Freud. No se trata exactamente ni del mismo término ni del mismo concepto. “Begierde” hace referencia a un instinto, a una cierta necesidad animal. “Wunsch” no. Cuando Kojève traduce “Begierde” por “Désir” está haciendo una interpretación. Le está dando al problema de la necesidad natural una calificación humana. “Désir” no es simplemente una tenencia natural sino que es una tendencia acompañada de una cierta conciencia. Es el conocimiento de una cierta necesidad, el conocimiento de un cierto impulso. Ya Espinosa hacía esto en Latín, la “Cupiditas” era el “Conatus” más la conciencia.

El término “Desir” es semánticamente interesante. “Désirer” traduce el latín “Desiderare”, “Desiderium” que significa “Notar la falta de los astros”. Es un término que proviene del lenguaje de la adivinación. En el origen del deseo está esto, el hombre que se exilia del cosmos; cuando el cosmos ya no le dice nada aparece el deseo. En español deseo viene de “Desidia”, de ociosidad. Por eso hay una connotación entre lujuria y deseo, porque la ociosidad es la madre de todos lo vicios.

Volvamos a nuestro problema de la lectura que Kojève hace de Hegel, del deseo antropógeno. ¿Cómo surge el hombre? equivale a la pregunta: ¿cómo surge la autoconciencia? Dice Kojève que el animal tiene sentimiento de sí pero el hombre tiene conciencia de sí. Esta conciencia de sí es la que se revela en la palabra, cuando el hombre dice Yo."
y sigue, algo de eso es el nudo de la cosa. es curioso el corrector subrraya autoconciencia y antropógeno y sugiere entreperno. ! .

1 comentario:

Anónimo dijo...

No sé si todo deseo surge de la ociosidad. Uno puede tener el deseo de descansar o de estar con alguien y no puedo por culpa del trabajo, del nec-otium, el negocio, el no ocio. Y sin embargo el deseo existe, como pensó Hegel, como pensó Freud, como podemos interpretarlo nosotros.