martes, 18 de marzo de 2014

Pensamientos que tiemblan


(de la página Derrida en castellano) un fragmento....
Temblores del pensar: Nietzsche, Blanchot, Derrida*
Mónica B. Cragnolini


Existen pensamientos que “tiemblan”: oscilando y no decidiéndose, se mantienen en una zona extraña, indiscernible, indeterminable, inaferrable, inapropiable. Tiembla lo que está en peligro, lo que carece de fundamentos sólidos, lo que se expone al riesgo de la no-seguridad, de la no-conservación.

El término “temblar” indica, desde el latino “tremulare”, la idea de oscilación. Los poemas escolares nos lo enseñan desde niños: “tiemblan las hojas al viento”, “tiemblan las estrellas en el cielo”. Las hojas al viento están sometidas al azar, a lo que acontece, a lo que no puede ser ni programado ni dominado; las estrellas que tiemblan en las alturas son casi fantasmáticas, imágenes, tal vez, del diferimiento de una muerte que nos llega, siempre, con retardo, porque ya siempre está aconteciendo.

El pensamiento que tiembla es el que se arriesga, el que asume la incerteza, y desdeña las seguridades. Frente a la figura musiliana del filósofo como valiente militar sin ejército, o a la nietzscheana de la tiranía del espíritu filosófico, el temblor aproxima al pensador al miedo, a la no posibilidad de dominio. Frente a las seguridades ontológicas, a los fundamentos inconmovibles de los modos intemporales, el temblor acerca a la posibilidad, al “todavía”, al “aún no”, al “quizás”.


Me gusta esa idea de pensamientos que tiemblan...hace pocas horas navegué en una conversación extensa (sin reloj)...hoy pienso que fue una deriva, cualquier cosa podía naufragar...casi la sensación del tema de Nick cave "to be by your side", pero eran barcos... (ah ese es otro, "the ship song" ). 
Más que barcos tripulantes...ya sé como la ola famosa... La gran Ola de Kanagawa. Pero el zoom en los tipos en su barca...
en una especie de tempestad de puntos suspensivos se arremolinaron las horas, hasta la despedida más arremolinada, porque nunca implica nada después ni un Y...mañana qué? como el libro.



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