siempre pasa que uno casi en la meta de la redefinición de muchas cosas, cuando uno alcanzó la claridad de los límites, del perímetro de los hechos, se pone a dudar.
estúpida!
escríbelo!
que imperativo el de Bishop, sin el estúpido, ejercer el arte de perder implica el arte de dejar perderse.
ahí está el arte, en ese grado de libertad de las cosas perdiéndose en el horizonte, que en algún punto de construcción de esta idea, es un límite...infinito.
jueves, 15 de noviembre de 2007
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